La
inaguración el sábado de un museo que recogerá la mayor colección
de obras de arte del artista colombiano Fernando Botero es la
pieza central de un ambicioso proyecto de renovación urbana
que busca cambiar la imagen de Medellin.
En
las inmediaciones del museo, trabajadores derriban viejos y
ruinosos locales, foco de prostitucion y venta de drogas, para
construir una plaza pública que albergará al aire libre esculturas
monumentales de Botero. El conjunto ha sido bautizado como Ciudad
Botero.
``Lo que estamos viendo es el nacimiento de una nueva ciudad'',
dijo el alcade Juan Gómez Martínez, quien se califica a sí mismo
de ``el alcalde de la posguerra'', refiriéndose a la guerra
del narcotráfico desatada por el desaparecido Pablo Escobar,
el famoso narcotraficante de Medellin que murió en 1993 en un
tejado durante un tiroteo con la policía.
CIUDAD
DE LA CULTURA
``Esta es una ciudad conocida en todo el mundo por el cartel
de la droga y la violencia pero esperamos que Ciudad Botero
haga de Medellín la ciudad de la cultura'', dijo Martínez. El
museo, construido sobre la antigua sede de la alcaldía de estilo
Art Deco, incluirá 121 pinturas y dibujos que Botero, oriundo
de Medellín, donó a la ciudad.
La
llamada Plaza de las Esculturas expondrá 14 obras de Botero,
conocido por sus creaciones de enormes mujeres desnudas. Pero
como recordatorio de la violenta realidad de Medellín, francotiradores
y soldados fuertemente armados vigilaban de cerca al presidente
Andrés Pastrana durante la ceremonia de inauguración, a la que
también asistió el ex presidente y ahora secretario general
de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria.
Mientras
Pastrana comparaba a la ``nueva Medellín'' con capitales de
arte como París, Madrid y Nueva York, niños de la calle adictos
al pegamento se mezclaban en la multitud. Ciudad Botero, un
proyecto de 17 millones de dólares, está situado en el centro
de la ciudad, una zona deteriorada pero que en el pasado fue
el corazón comercial y de servicios que convirtió la provinciana
Medellín de fin de siglo en una pujante urbe industrial de dos
millones de habitantes.
Ciudad Botero está a una cuadra del nuevo Metro de la ciudad,
inagurado en 1995 como un símbolo de la tradicional prosperidad
de Medellín. Las autoridades tienen sus esperanzas puestas en
que el nuevo centro de Medellín traerá dinero para otros proyectos.
Dichos proyectos incluyen un palacio de congresos con una capacidad
para 18.000 personas, parques públicos y un amplio plan vial
de carreteras y túneles para hacer de Medellín, tradicionalmente
aislada de sus vecinos por las montañas, una ''ciudad región'',
afirma Adriana González, jefa de la principal promotora de la
ciudad.