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El principio de todo

Testimonio del Diácono Evaristo Guzmán
co-fundador de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo

 Recordando el Padre Emiliano Tardif


Adios al padre Tardif de María Sangiovani

Entrevista con el Padre Emiliano Tardif

La comunidad Siervos de Cristo Vivo

 

Para comprar el libro escrito por
María A. Sangiovanni
cover
Emiliano Tardif
Un Hombre De Dios



 

En el año 1974, un año después de su sanaci6n, el P. Emiliano llegó a la parroquia Nuestra Señora de la Altagracia en Nagua y cuando me enteré de su llegada me dije a mi mismo: ¿A que habrá venido el P. Emiliano a Nagua?

El dio el royo místico y al final ofreció una oración por los cursillistas enfermos. En ese momento yo estaba sufriendo de una hepatitis B y al escuchar su oraci6n sentí que el Señor había tocado la parte de mi hígado afectada y sentí un calor suave. Era el amor de Dios que me estaba sanando y comencé a llorar.
Algunos de ustedes se preguntarán por qué. Yo fui seminarista y me toc6 vivir unos dos años con los Misioneros del Sagrado Coraz6n en San José de las Matas. El P. Emiliano era parte del equipo de formadores y no me senti muy amado ni considerado por el. Al salir de allí y volver a mi casa llevaba en el coraz6n una herida muy profunda que me producía un sentimiento de rechazo muy grande hacia el. Pero losplanes de Dios son distintos a los nuestros. En su condici6n de párroco le tocó acompañarnos en una ultreya parroquial de los cursillistas de cristiandad.

El dio el royo místico y al final ofreció una oración por los cursillistas enfermos. En ese momento yo estaba sufriendo de una hepatitis B y al escuchar su oraci6n sentí que el Señor había tocado la parte de mi hígado afectada y sentí un calor suave. Era el amor de Dios que me estaba sanando y comencé a llorar.

Nadie sabia lo que me pasaba. Empecé a sentir una gran mejoría y tres meses más tarde los resultados de los análisis arrojaron que la hepatitis había desaparecido. No habían señales de la enfermedad. A partir de esa experiencia comencé a recibir también la sanaci6n de mi coraz6n herido. Tras una reuni6n de oraci6n que habíamos tenido ante el Santísimo Sacramento le manifesté al P. Emiliano lo que por años había llevado dentro. Nos abrazamos con una gran sinceridad de coraz6n y, a partir de ese momento, él me pidió que lo acompañara en la predicaci6n y en el ministerio que apenas comenzaba. Yo, con gran temor, comencé a vivir la alegría de haber encontrado a Cristo en mi vida. ¡ Dios es grande!. Dice el profeta: "No tiene fin su amor"

El ministerio se da a conocer

Con ánimo alegre me invitó a una reunión en santo Domingo y tuve la bendición de Dios de conocer al Ing. Miguel Guerra y su esposa, Pilar, que nos recibieron en su casa con mucho amor. Nunca había visitado una casa semejante. También conocí a María Armenteros, hermana de Pilar, que más tarde fue instrumento para que mi relación con el padre sanara. Es importante darles a conocer que en la casa de los Guerra se habló de un ECCLA en Mexico, D.F. Días después, estando en Nagua, fui llamado para participar en ese evento internacional.

Los dirigentes del ECCLA descubrieron algo nuevo y fue que el Señor no sólo sanaba a través del P. Francis sino que El lo hace y lo sigue haciendo a través de quien El quiera. Y así fue que el P. Emiliano fue dandose a conocer, asi comenzo todo.

Todavia no se a quién se le ocurrio incluirme en ese lio, pero me consiguieron la visa, me pagaron el boleto aereo, me dieron dinero para mi estadia, etc. Lo curioso es que en ese ano de 1975,la persona más conocida con el ministerio de sanación era el P. Francis McNutt, sacerdote norteamericano, que nunca lleg6 a la reuni6n y, en su lugar, llamaron al P. Emiliano Tardif, M.S.C. Fue la primera vez que él participo en algo tan grande relacionado con el ministerio que apenas se daba a conocer. El me invit6 a que lo acompañara a orar y yo lo hice, aunque lleno de miedo. El Señor me ayudó a ser instrumento de su gracia para tantos enfermos. Los dirigentes del ECCLA descubrieron algo nuevo y fue que el Señor no sólo sanaba a través del P. Francis sino que El lo hace y lo sigue haciendo a través de quien El quiera. Y así fue que el P. Emiliano fue dandose a conocer, asi comenzo todo.

Despedida

Gracias, P. Emiliano, porque te fuiste dejandonos a Jesús dentro del corazón. Todo esta cumplido. Qué bien lo hiciste! Te desgastaste por el Evangelio, viviste por Jesús y por Jesús moriste. Todos los siervos y siervas del Señor te decimos, gracias, muchas gracias P. Emiliano por tu amistad, por tu sencillez y simpleza, por tu humildad, pero también por tu coraje. Recuerda, Emiliano, que un día el Señor me dijo que nos escogía como una yunta de bueyes para evangelizar el mundo de este a oeste, de norte a sur, pero Jesús me dijo: "No tengas miedo, estaré contigo". Y así fue, hasta el final. Sólo la muerte física nos separ6, pero recuerda que el amor es más fuerte que la muerte. Te ame y te seguiré amando. Dios te bendiga, bendito seas gran intercesor, testigo de Cristo hasta los confines de la tierra. Te amamos P Emiliano. Ahora ruega por nosotros que nos quedamos, quizás no por mucho tiempo, para que sigamos predicando un Cristo vivo, el Cristo que predicaste como Camino, Verdad y Vida. En El no hay engaños ni desengaños. Te amo, te amamos, te seguiremos amando, sigue con nosotros, porque tu estas en el corazón de Dios!



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