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Economía latinoamericana del 2000: algunos progresos, pero dramáticos niveles de desempleo  

-- SANTIAGO DE CHILE, (AP) - Del Río Grande a la Patagonia, decenas de millones de latinoamericanos terminan el año 2000 sumidos en la desesperanza de no contar con un empleo, incluso en países cuyos resultados económicos fueron marcadamente positivos.

El crecimiento económico y los esfuerzos por controlar la inflación y equilibrar las cuentas fiscales y comerciales registraron progreso en muchos lugares, pero la lucha contra el desempleo registró derrota tras derrota, con su secuela de inquietud social y política, protestas y huelgas.

La economía regional en su conjunto creció a un moderado 4%, y las perspectivas para el año entrante son discretas y dependerán en gran medida del comportamiento de la economía norteamericana, según un balance de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL.

El crecimiento fue impulsado especialmente por dos de las mayores economías: México, con 7%, y Brasil, con el 3,9%.

República Dominicana creció 8,5%. Cuba y Chile, alrededor del 5,5%.

Pero en un panorama regional de crecimiento moderado, la nota negativa fue el desempleo.

Colombia, tras una caída de 4,7 % de su producto en 1999 registra este año un crecimiento de 3 por ciento, pero más de la quinta parte de los colombianos está sin empleo.

Las causas en Colombia son similares a las de otros países, pero con un dramático elemento exclusivo: la violencia de la guerrilla, la droga y los paramilitares, resta al menos dos puntos al crecimiento económico del país.

En Ecuador, la crisis económica fue decisiva en la caída del presidente Jamil Mahuad.

Argentina y Bolivia fueron sacudidas por violentas protestas. El flamante gobierno uruguayo del presidente Jorge Batlle enfrentó paralizantes movimientos huelguísticos.

Incluso países como Chile, donde la economía recuperó su pujanza y las cifras macroeconómicas restablecieron la sonrisa de las autoridades, el elevado desempleo oscureció el panorama.

En Chile, la desocupación alcanzó tasas sin precedente más de 10 por ciento, pese a que la economía retomó su acelerado ritmo de crecimiento y se renovó al auge exportador. Cerca de 600.000 chilenos están sin empleo.

Tras la contracción económica del año anterior, Argentina termina el 2000 con un modesto crecimiento del 0,5 por ciento. Pero el desempleo se había disparado a alrededor de 15 por ciento, lo que significa más de 4 millones de argentinos sin trabajo. Ello sumió la popularidad del presidente Fernando la Rua a niveles mínimos.

Venezuela, con su riqueza petrolera, convirtió la caída económica de más de 7 por ciento del año anterior en un crecimiento de alrededor de 2,2 por ciento, pero sin crear puestos de trabajo a un ritmo aceptable. El desempleo llega al 15 por ciento, y se calcula que más de 4 millones de venezolanos trabajan en la economía informal.

En contraste, los progresos fueron claros en la lucha contra la inflación, que a fin de año bordea el 15 por ciento, comparado con más de 20 por ciento en 1999.

En Bolivia, sólo el programa del gobierno para erradicar la hoja de coca y la cocaína y eliminar el contrabando, costaron a la economía cerca de 200.000 empleos y 1.000 millones de dólares. El país fue sacudido por semanas de protestas que costaron numerosos muertos y pérdidas millonarias.

Brasil, cuya devaluación del año anterior estremeció a la región y está en la raíz de las dificultades de muchos de sus vecinos, emergió mucho más rápido de lo esperado de su recesión. Se calcula que crecerá más de 3 por ciento este año, y aún más el siguiente.

La tasa de desempleo brasileña es una de las más bajas - alrededor de 7,5 por ciento - pero millones de trabajadores sólo ganan el salario mínimo de apenas 78 dólares por mes, y los niveles de pobreza se mantienen elevados.

Uruguay, que siente más que otros la influencia de lo que ocurre en Brasil, registró un modesto crecimiento económicos y una moderada inflación de poco más de 5 por ciento, pero el desempleo se acerca al 15 por ciento.

En Perú, tras la crisis que terminó con la caída del presidente Alberto Fujimori, el flamante jefe del gabinete, Javier Pérez de Cuéllar, dijo que el nuevo gobierno recibió una economía en crisis, en la que 14 millones de personas viven en la pobreza.

El ex secretario general de Naciones Unidas admitió que no habrá tiempo para cambiar mucho esa la situación antes de tener que traspasar el poder al gobierno que resulte elegido en abril.

En México, tras el histórico fin de las siete décadas de dominio del Partido Revolucionario Institucional, el presidente Vicente Fox dejó en claro que considera que dar trabajo es una prioritario, y prometió crear un millón de empleos al año.

Fox ofreció también ayudar a las deprimidas economías centroamericanas, duramente afectadas por el aumento explosivo de los precios del petróleo.

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