MANAUS, Brasil (Reuters) - La protección de la Amazonia, la densa y mítica selva que se extiende por seis países sudamericanos, es crucial para la seguridad regional y el control del tráfico de drogas en las Américas, afirmó el martes el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso.

Con una extensión de 7 millones de kilómetros cuadrados que albergan un tercio de la riqueza biológica del mundo, la Amazonia es también base de operaciones de narcotraficantes y grupos que operan fuera de la ley en la inmensidad de una región de difícil acceso y escasa vigilancia.

La preocupación por la selva más grande del mundo surgió en la inauguración de la cuarta reunión de ministros de Defensa de América en Manaus, la calurosa capital de la Amazonia brasileña.

Al abrir el foro, el gobernante brasileño destacó la necesidad de cooperar para resguardar el ambiente y la seguridad de la zona, y presentó a los ministros asistentes el proyecto conoci do como Sistema de Vigilancia de la Amazonia (Sivam).

``El Sivam será un instrumento muy importante en el trazado de mapas y (para la) eliminación de las rutas ... de contrabando de armas'', declaró Cardoso a los ministros de 23 países participantes del foro.

Recordó que gran parte de la estrategia de integración de América del Sur, discutida en la reunión que celebraron los 12 presidentes de la región en septiembre en Brasilia, pasa por la Amazonia, con proyectos de transporte, energía y comunicaciones.

Sin embargo, la conversación en torno a la Amazonia surgió por el uso de la selva como fuente de tráfico de drogas, en momentos en que Colombia, el mayor productor mundial de cocaína, se prepara para un asalto masivo contra el narcotráfico.

Por ello, el ministro colombiano de Defensa, Luis Fernando Ramírez, urgió la ayuda de sus pares para combatir la producción y el tráfico de drogas en ese país, que lanzó para ello un amplio plan valorado en 7.500 millones de dólares, conocido como Plan Colombia.

``Con Brasil compartimos una larga frontera escasamente poblada ... Nos ayudaría mucho si con Brasil pudiéramos tener un intercambio de información en el que nos avisan, por ejemplo, de aviones que están cruzando a nuestro territorio con armas o precursores químicos'', dijo Ramírez.

Allegados al encuentro señalaron que Colombia y Estados Unidos tenían especial interés en traer el tema del narcotráfico al encuentro de Manaus, pese a la oposición de otros países sudamericanos.

En un texto del discurso preparado para presentar a sus colegas, el secretario estadounidense de Defensa, William Cohen, hizo una enérgica defensa de la lucha colombiana contra el narcotráfico.

``Espero que podamos traer el espíritu de cooperación a los retos que enfrenta nuestro amigo Colombia, donde el tráfico de drogas, la insurgencia y las fuerzas paramilitares amenazan una de las más antiguas democracias y economías más estables de Sudamérica'', destacó Cohen.

El plan generó inquietud entre los países vecinos de Colombia por una posible propagación del narcotráfico y la guerrilla fuera de las fronteras, pero Cohen insistió en que ``sólo se agravaría si no hacemos nada''.

Comentó, además, que Estados Unidos continuará destinando cerca de 82 por ciento de su presupuesto antidrogas a reducir la demanda dentro del país y vigilar sus fronteras.

Por su parte, Cardoso rechazó tajantemente el uso de las fuerzas armadas brasileñas en la lucha contra el narcotráfico, pero respaldó el Plan Colombia, al señalar que ``el presidente Andrés Pastrana buscó la pacificación de Colombia, por eso merece nuestro firme apoyo''. REUTERS MAS LEA/